Escena 6

 

La escena tiene lugar en el estudio / sala de estar. J está sentado ante la mesa de trabajo, con la vista puesta en un documento. En un momento dado, se oye la voz de un niño, gritando.

Niño  ¡Papá! ¡Papá…!

J, sorprendido, deja lo que está haciendo y presta atención. Vuelve a oírse la voz del niño, gritando.

N  ¡Papá…!

La sorpresa de J va en aumento, hasta que un niño entra en la habitación. Es el niño de la escena final del primer acto. J hace un gesto de sorpresa y exclama, sorprendido.

J  ¡Caramba! ¡No sabía que estabas en casa…! Por un momento me has desconcertado… ¿Qué haces en casa a esta hora?

N  Han cerrado el insti por una avería eléctrica: todo a oscuras, y sin calefacción ni ordenadores… ¡Fiesta!

J  Vaya, esta sí que es buena…

N  Papá, recojo la bolsa y me voy yendo a casa de la tía, que este finde voy a la montaña con ella y su compañera, ¿te acuerdas?

J  Sí, es verdad, ningún problema.

N  (Hace el gesto de ir hacia su habitación, pero se detiene y se gira hacia su padre) Por cierto…, tengo que hacerte algunas preguntas…

J  Ah, ¿sí? ¿Qué preguntas?

N  Pues que en el insti estamos haciendo uno de esos trabajos rollo serie americana de familias modernas, y tenemos que preguntar cosas a los padres: dónde os conocisteis, por qué decidisteis tener hijos, y cosas así. Y también hay una versión para padres de niños adoptados: por qué decidiste adoptarme y cosas por el estilo…

J  ¡Caramba! ¿Y quieres hacerme estas preguntas? Si quieres, podemos hablarlo el domingo por la tarde, cuando vuelvas.

N  Vale, pero… también podríamos hablarlo un poco ahora, ¿no? Si te ves capaz de contestarme en cinco minutos…, y (En un tono burlón) sin que acabemos llorando los dos…

J le mira, sonríe y le hace un gesto para que se acerque y se siente delante de él.

J  Hablemos ahora… (Hace una pausa para reflexionar) Supongo que quise adoptarte porque… la mujer con la que habría querido tener hijos ya no era de este mundo… Y también porque en algún momento, hace años, sentí que todo lo que les pasaba a los niños que ya estaban en este mundo me concernía y me afectaba…

N  Pero, me quieres a mí, ¿verdad?

J  (Sorprendido) ¡Sí! ¡Claro!

N  (Serio) Pero, ¿querrías a otro niño al que hubieras adoptado y que no sería yo…? Quiero decir, si no me hubieras encontrado a mí y hubieras encontrado a otro niño, ¿le querrías…?

J  (Se detiene un instante antes de contestar) Quizá sí… (Mirándolo con una expresión tierna y simpática) Pero ahora te quiero a ti, y no te cambiaría por ningún otro niño…

N  (Le mira muy atento y, al cabo de un instante, relaja la expresión y contesta) Muy bien…

J  (Un poco sorprendido) ¿Muy bien?

N  (Con un punto de humor, pero con afecto) Que lo has resuelto muy bien… Domingo seguimos ¿de acuerdo? (Poniéndose de pie casi de un salto) ¡Me voy!

J  ¡Que lo paséis muy bien en la montaña! Suerte de tu tía, que te lleva a esquiar, ¿no?

N  (Desde la puerta) ¡Sí! La tía y su compañera están haciendo muchos méritos, ¿eh? Te aviso… Yo creo que quieren adoptarme, y entre un papá y dos mamás, no sé, no sé…

J  (Riéndose) ¡Tira, petardo…!

N  (Va corriendo hacia su padre, se abrazan y él le da un beso en el pelo) Pero me han dicho que, de esquiar, nada, que este año aún hay menos nieve que el pasado… ¡Haremos excursiones! (Se separan y el niño corre hacia la puerta) ¡Adiós!

Nada más salir, vuelve a aparecer y se detiene en el marco de la puerta.

N  Y tú ¿qué harás este finde?

J  Trabajaré y… mañana he quedado con unos amigos para cenar.

N  ¿Y ninguna novia?

J  (Se ríe) No, pesado, ninguna novia…

N  La tía dice que quizá todavía es pronto, que solo hace tres años…

J  (Mirándolo y hablando pausadamente) No es que sea pronto, es que encontrar a alguien no es fácil… Mucha gente solo tiene uno o dos encuentros importantes en su vida, o ninguno… Anda, ve. Estoy bien, de verdad. (Hace una pausa) Y tengo cosas que hacer…

N  ¡De acuerdo!

N se da la vuelta, inicia la marcha, pero se detiene y vuelve a la posición anterior, apoyado en el marco de la puerta.

N  Papá…

(Levanta la cabeza y le mira, un poco sorprendido) ¿Sí? ¿Qué hay, hijo? (Ve que el niño duda, e insiste) ¿Qué piensas? ¿Quieres hablar de algo más?

El niño se acerca, vuelve a sentarse delante de él y le mira.

N  Es de todo eso que sé que haces… Esas cosas de las que hablas cuando vas a dar conferencias o cuando te reúnes con gente… El otro día, en el insti, la maestra nos habló de ti y de la gente con la que trabajas…

J  Sí… ¿Y qué quieres saber, de esto?

N  (Con una mirada intensa y una expresión muy seria, pero vacilante) ¿Qué pasará, papá? Hay gente que dice que no tenemos futuro… ¿Qué pasará…? ¿Tendremos futuro?

J  (Le mira, serio, pero le habla en un tono de voz que quiere ser tranquilizador) Estamos luchando para eso, hijo… Yo y mucha gente, en todo el mundo…

El niño lo observa, también serio y muy atento. Al cabo de un instante, más sereno, se levanta y va a abrazarse de nuevo con su padre. Se quedan unos instantes así hasta que se separan.

J  (Observándolo) ¿Estás bien…?

N  Sí… (Pasándole la mano por el cabello, como J le ha hecho antes a él) ¡Me gusta que seas mi padre…!

Se ríen y el niño se va de nuevo. Se detiene un instante muy breve en el marco de la puerta a decirle adiós con la mano y se va.

Fin del segundo acto.

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